Filosofía
de "La Iglesia en Latinoamérica de Pie"
Queremos
que Latinoamérica suba al escenario de la Gran Comisión, creemos
que hasta ahora ha sido espectador de una obra en cuyo reparto
principal nunca estaba. Razones? Muchas.
Sin
embargo creemos que Latinoamerica y todos los Paises en desarrollo,
siempre han sido capaces de cumplir la Gran Comision, pero nos
denominaron: “el campo misionero”... Así se planeó y así se
construyó un mensaje menor, un desafío menor para los llamados:
“del tercer Mundo”. Razones? Muchas.
Quizá
como en el caso de David y Goliat, donde se cuestionó que David
pensara en “cosas mayores” (“para qué has descendido acá? Y a
quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu
soberbia y malicia de corazón...”), se creyó en un destino menor
para nuestros pueblos debido a la cuestión socioeconómica y asuntos
Políticos. Diría Santiago: “ ...jueces con malos
pensamientos...”. Sambalat igualmente, el enemigo del Pueblo de
Dios, dijo de Israel: “...qué hacen estos débiles
judíos...”.Objetivo? Debilitar su fe. Quizá lo creía así, pero
quería que lo creayeran los judíos. Despreciar y autodesprecio son
herramientas poderosas del enemigo.
Aplicado
a Latinoamérica, esto lo han dicho hasta el hartazgo y creo que lo
hemos creído, hemos aceptado volver con “aquellas pocas
ovejas...”, que somos incapaces de construir algo grande y
permanente.
Hay
una sana desconfianza en uno mismo, debemos confiar en Dios, pero hay
una desconfanza satánica que nos saca de la batalla y de los grandes
asuntos, que nos paraliza. No debemos olvidar que: “nada podemos
sin Dios, pero que Dios no quiere hacer nada sin nosotros...”.
En
síntesis, “nos hicieron pequeños” y así lo creímos, pero Dios
no piensa asi, somos la Iglesia de Cristo en Latinoamérica y tenemos
toda la gracia de Dios en nosotros, podemos tomar nuestra honda y
matar al Goliat de la discriminación y la autodiscriminación. La
meta esta puesta: La Gran Comisión.
Los
recursos estan en Cristo, uno por uno. Necesitamos como Nehemias,
estudiar bien el panorama, analizar, hacer autocrítica,
arrepentimiento y una buena estrategia.
Latinoamérica
se debe sentar a la gran mesa de los asuntos de Dios, sus fuerzas
estan en Cristo y en la Iglesia que tiene todo lo necesario en la
Gracia...
Por
qué el título La Iglesia En Latinoamérica De Pie?
Se
trata de una posición objetiva de Latinoamérica delante de la Gran
Comision, no excluye a nadie que esté en el cuerpo de Cristo, todos
estan invitados a participar de esta visión, pero Latinoamérica
debe hacerse cargo de su responsabilidad específica, debe entonces
realizar las estrategias pertinentes para cumplir la misión.
Hemos
comprobado en algunas pequeñas cosas, movimientos de Cuba, Perú, y
otros Países, que han potenciado el intercambio de dones en pos de
el llamado de Cristo a la Iglesia, que sin permanecia en la
estimulación de estas cosas, se han debilitado por la falta de
insistencia, de profundizar esos destellos de luz que demuestran que
se puede, pero se necesita fe, visión y persistencia en Cristo.
Pastores
Arodys Garcia de Cuba y Nestor Mercado de Argentina.
La Iglesia Latinoamericana de Pie ha llegado en un momento oportuno y pertinente. Ha llegado en medio de la búsqueda a través de métodos eclesiologicos para establecer el crecimiento y desarrollo de la iglesia y estos no han tenido los resultados esperados. Sin embargo, esta idea muestra como unirnos por el principio común de la Gran Comisión y nos lleva a ser copartícipes de ganar almas para el Reino de Dios. En hora buena. Cuéntenme Conmigo.
ReplyDeleteRev. José Duanys Gutiérre Ministerio Bautista fuente de Luz. Miami USA.
iglesia bautista la hermosa de Colombia . amazonas esta dispuesto a al servicio de la gran comisión
ReplyDeleteLa Iglesia Bautista El Calvario en Bogotá, Colombia está dispuesta a acudir al llamado que Dios está haciendo en Latinoamérica. Hemos de perder el temor al fracaso porque Jesús triunfó en la cruz y sobre la tumba. Sí, yo creo que Dios siempre ha usado y seguirá usando las personas y las cosas pequeñas para que nadie se jacte en su presencia. 1 Cor 1:26-29
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